
- MIRADAS AL FUTURO -
"Microrrelatos del Renacimiento: episodio XV"
DESDE EL PUENTE CARLOS III
Cinco chicos de unos veinte años llegan a la estación de Miranda de Ebro, procedentes de un lugar muy lejano. En su caminar se dirigen hacia el núcleo más antiguo.
—¡Mirad, amigos! Me lo advirtió mi padre, que desde este puente de Carlos III la vista es maravillosa, es mágica. No pensé que mi padre tuviera un gusto tan refinado en esto de las ciudades —relata Cástulo, al quedar absorto tras su fascinación ante tal descomunal belleza en el paisaje.
—Con mucha lógica te ha dicho tu padre la mirada que existe desde aquí. La perspectiva que hay sobre esos edificios de piedra que se ven a mano derecha parece una muralla en defensa de las aguas del río. Una joya del Medievo.
—¡Mirad allí arriba! —señala con su dedo índice la iglesia de San Juan—. Es la iglesia que durante tantos años estuvo abandonada y medio en ruina. Lo he leído aquí, en este plano-guía que compré hace unos días —reacciona Rodolfo, al comprobar el interés que está despertando la ciudad en sus amigos.
—¿Rodolfo? ¿Qué es aquello que se divisa en lo alto? ¿Qué fortaleza es? —le pregunta Kiko a su amigo, al ver cómo resplandece el lugar bajo un hipnotizador cielo azul.
—Aquello es el cerro de La Picota, pone aquí. Y en lo alto se levantan las paredes de un castillo recuperado hace cincuenta años. Creo que lo principal es la pintoresca vista que tiene desde aquí.
—Yo tengo una guía de los principales monumentos a visitar. Es de lógica empezar el recorrido por la izquierda y llegarnos hasta el convento de San Francisco, donde podemos visitar un claustro del siglo XVI y su iglesia. Después bajamos a la plaza de España, donde hay dos importantes monumentos en versión casas-palacios: Casa de los Urbina y Casa de Las Cadenas, ambas también del siglo XVI. Después vamos a Santa María, donde está la Virgen de Altamira, Patrona de Miranda. Es un edificio del gótico tardío. También conservan una momia, el Chantre de Calahorra. Y por último, nos dirigimos hasta la iglesia de San Juan Bautista, la recuperada del siglo XIII. Y mientras vamos de camino, veremos las casas de los vecinos, muchas de ellas recuperadas tras una buena fase de rehabilitación de la zona. Y por la tarde, una vez hayamos comido, podemos entrar en el teatro Apolo a ver una obra escénica —es la guía particular que hace Manolo, donde sus amigos hacen común el propósito de este.
—¡Excelente recorrido! Al ser tan menudo este núcleo urbano, nos costará muy poco la travesía. Espero salir encantado de este viaje, que todos salgamos encantados.
—¡El Apolo era el cine que había en el pueblo cuando éramos niños! ¿No os acordáis?
—¡Es verdad! Hemos vuelto a nuestra ciudad, a nuestra querida Parte Vieja, cien años después de nuestras andanzas juveniles. ¡Y cómo ha cambiado! —evoca su gran recuerdo en las miradas perdidas de Cástulo, Rodolfo, Kiko y Manolo, su íntimo amigo José Luis.
Autor del texto:
Ángel Melgosa Salazar, nacido en Miranda de Ebro, es autor autodidacta de varios libros que desde muy niño estuvo interesado en cualquier disciplina artística, sobresaliendo la música y el cine, todo ello como espectador apasionado.
Autor de la imagen:
Javier Guinea, nacido en Allende, vecino desde hace años de Aquende. Científico de formación, artista de corazón.
